“Ser viceministro, significó cortar mis planes”


Un poco nervioso al preguntársele sobre sí mismo, este joven politólogo, con apenas 33 años tiene el cargo de viceministro en el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). Se auto describe como una persona que le gusta la innovación, con el deseo de hacer bien las cosas, y de corregir lo que se ha hecho mal para poder avanzar. Tiene claro que le gusta una visión de cambio permanente, pero con administración, pues es consciente que todo cambio genera inestabilidad.


Con su faz rojiza y sonriente, en su pequeña oficina decorada por el orden y un par de orquídeas, confesó que se mueve en un círculo muy pequeño de amigos, pero de muchos conocidos. La razón es la experiencia. En política, según el MSc. Luis Eduardo Álvarez, hay muchos intereses que se ponen en juego, por lo que se cuida mucho y prefiere ser selectivo con sus amistades.

Al hablar de emprendedurismo, sus ojos le brillan más que su limpia camisa blanca con corbata celeste y los nervios se esfuman, incluso de las manos.

¿Cómo nace Luis Álvarez en la política?

Yo nací en 1977 en medio de una campaña política. Para 1982  el aspirante presidencial era  Luis Alberto Monge, quien es parte de mi familia. Mi  papá estaba apoyando la campaña y mi mamá aún más, por lo que crecí viendo el proceso no solo electoral, sino el compromiso del proyecto país. Indudablemente eso me ha marcado en la vida.

Mamá dice que cuando yo tenía 4 años y  me preguntaban qué quería ser cuando fuese grande, yo me veía reflejado con don Luis Alberto. Desde muy niño, he vivido mucho los procesos políticos.

¿Y ahora?

Ya en el camino he ido evolucionado. Me gusta mucho la política en grande, la que se  escribe con mayúscula porque es la que involucra los procesos de desarrollo para el país. La política electoral no es mi gran aspiración; en muchos casos hay mucha mezquindad y me llega a ser muy desgastante; sí hay que vivirla, pero no es el espacio en el que yo me siento motivado para participar.

Para mí, el gusto lo encuentro muchísimo al trabajar con la gente, principalmente la de las zonas rurales, pues me inspira las ganas de ayudarles a salir adelante a quienes en realidad  les ha costado. Ellos tienen otra visión de mundo y otro nivel de compromiso, otro sentido de desarrollo. A veces, en el área urbana, están más enfocados a qué me van a dar más que en qué voy a hacer.

¿Qué significa para usted ver su nombramiento como viceministro en La Gaceta?

Primero que todo, significó cortar mis planes. Yo estudié en México y viví un proceso que me marcó pues pude vivir su cultura y pude hacer buenas amistades. Además, tuve una familia que me adoptó, donde literalmente, tengo unos papás y unos hermanos postizos. Allá estudié en el Instituto Tecnológico de Monterrey y es una institución de la que me siento excesivamente orgulloso; además, tiene un modelo de seguimiento que permite darle seguimiento a las tareas que uno realiza.

Cuando regresé en el 2006, estuve trabajando en la administración anterior y me hice planes para irme a sacar un doctorado en agosto del 2010.  Fue cuando surgió la opción de ser viceministro.

¿En qué pensó en ese instante?

Cuando doña Mayi Antillón, me lo planteó, me percaté que es una oportunidad que uno realmente tiene que vivir y si bien es cierto que he participado en la parte política, he vivido más la parte profesional. Entonces, pude ver que el vice ministerio encierra ambos aspectos: una posición de confianza política y un trabajo profesional técnico muy fuerte.

Yo llego a ser excesivamente académico para estar en política pero soy excesivamente político para estar en la academia. Esta combinación de módulos me lleva a un punto medio muy interesante que no todos logran entender pero que el vice ministerio ofrece. Fue ahí donde doña Mayi me dijo que me quedara haciendo el mejor doctorado de la vida, un doctorado de cuatro años.

Con esta nueva responsabilidad y los retos que presenta el país, ¿puede dormir tranquilo?

 Sí, tengo muy buen sueño. Creo que mi gran ventaja es que  soy muy ordenado y siempre he planificado mis cosas. Trato de no angustiarme cuando las cosas no salen. A veces quisiera que algunas cosas salgan más rápido, pero hay dos elementos que he tratado de combinar: el primero es que la gente que está cerca sean personas que sepan más que uno o que le den soporte a las decisiones que uno toma.

¿Confía en la gente con la que trabaja?

 Confieso que al principio me costaba un poquito y sí me angustiaba más de la cuenta porque todavía no había logrado conformar los equipos de trabajo sobre los cuales encontrar soporte sobre el proceso en el que estamos y tal vez porque no todo el mundo estaba tan empapado en el gran compromiso que esto implica.

 Ahora trato de ver el futuro más optimista que con pesimismo. Trato de encontrar en la crisis oportunidades para poder solucionar la crisis. Si me quedo en la crisis ahí sí que no duermo y difícilmente podría orientar un proceso. Uno en una posición de liderazgo tiene que ver que se orienta con quienes está a su alrededor para salir adelante y ahí se muestra las cualidades y capacidades que tiene para asumir estos puestos.

Para cuando termine esta administración ¿qué espera ver en los resultados de las tareas que se le encomendaron?

 Viéndolo como tarea, tenemos metas muy claras en las que la presidenta doña Laura Chinchilla nos puso un compromiso muy complicado porque nos puso a planificar  no hasta el 8 de mayo del 2014 sino al 31 de diciembre del 2013. Eso implica terminar cuatro meses antes de lo que uno termina en realidad. Hemos hecho una planificación estratégica del proceso con atrasos y adelantos de lo que queremos.

Yo aspiraría en haber fortalecido las tres áreas en las que tengo a cargo: el fomento Pymes y emprendedurismo, la de defensa del consumidor y la de enfoque estratégico institucional.

¿Cómo visualiza su aspiración en cada una de ellas?

Mi aspiración para el área de emprendedurismo y Pymes es que al finalizar la administración hayamos dejado sentadas las bases de una política de estado sobre la cual la pequeña y mediana empresa y el sector emprendedor puedan sentir que existen los instrumentos necesarios para poder ayudarlos y que realmente podamos medir la utilización de estos en función del impacto que tienen en el proceso del desarrollo nacional y no en función de las actividades que se venían generando.

Quisiera dejar una política de institucionalidad más articulada en función de evitar duplicidades y poder fortalecer vínculos para conocer quién está haciendo qué y cómo suma en el proceso.

¿Cuál es la debilidad que se presenta en el área del consumidor?

En el área de consumidor, el proceso institucionalidad es muy fuerte, muy avanzado. Sin embargo, la gran debilidad que puedo señalar es la educación del consumidor. Es un gran reto pues tiene una dinámica de denuncia-resolución de conflicto y nos ha absorbido mucho en el quehacer y la educación del consumidor, que por ley nos corresponde, es un aspecto que tenemos que mejorar. 

Actualmente estamos pensando en promover unos procesos que se trabajen desde las escuelas para poder incentivar lo que se refiere al consumo responsable, tener consumidores que puedan defender sus derechos, entre otros aspectos de esta área.

¿Cuáles son las tareas en el enfoque estratégico institucional?

La gran tarea que la ministra me dejó acá puedo resumirla en dos cosas: el relanzamiento del MEIC, del tal forma que la gente puede entender que este ministerio es un ministerio estratégico en el fomento económico del país; el otro es que el ministerio sea muy ágil y muy eficiente, lo que en el sector público es muy complicado.

Por eso estamos vinculando el ministerio a procesos de automatización, incentivando la parte del gobierno digital dentro del ministerio, revisando procesos para reducir tiempos y plazos. Además, queremos dejar una institución muy capacitada para que sea una institución líder dentro de la administración pública con el recurso humano que tiene.

Entre las metas que tenemos es que queremos ser la primera institución pública con carbono neutral y la otra es que podamos ser la primera institución pública que haya automatizado todos sus procesos, siendo una institución pública líder en este campo

Siempre le ha gustado el tema del liderazgo político con jóvenes. ¿Lo ve como una vida paralela a en su vida?

Sí. Este año he estado vinculado con una institución en la que siempre he estado: el Centro de Estudios Democráticos de América Latina (CEDAL) trabajando con un programa nuevo para liderazgos jóvenes llamado “Nuevos Liderazgos para la Democracia”. A pesar del compromiso que tengo con el ministerio, procuré mantenerme cerca del proceso de coordinación de este programa para 25 jóvenes. Estamos estudiando la posibilidad de crear una segunda generación para el próximo año y analizando la posibilidad de transferirlo también en la región centroamericana.

Dentro del ministerio, esta área no la coordino yo directamente, pero sí se ha apoyado mucho pues era algo que implementaba con la Red Joven cuando estaba trabajando en el Ministerio de Comunicación de la Presidencia de la República en la administración anterior. Acá lo que hemos venido orientando en función de poder acercar la Red Joven en el proceso que llevamos en el MEIC. Incluso estamos valorando para el año entrante una metodología que tiene la OEA para poder impulsar el desarrollo empresarial en los jóvenes.

En estos procesos de liderazgo, una de las cosas que a usted le gusta es que surgen muchas propuestas con actitud emprendedora ¿Cuál es la estrategia política para fomentar el emprendedurismo nacional?

A nivel país estamos con una estrategia muy fuerte enmarcada en la política nacional de emprendedurismo.  Consiste en fomentar la actitud emprendedora no vista solamente  a pensar en emprendedores empresarios, sino a hacer emprendedores, lo que implica una transformación de valores y principios en la población en general.

Ya empezamos a realizar una  alianza estratégica con el Ministerio de Educación Pública para poder trabajar el tema del fomento de la cultura emprendedora desde las escuelas, rompiendo así aquello de que la única aspiración de una persona quede en solo tener un título profesional para ser empleado de  alguien o romper el miedo de asumir riegos o de ejercer liderazgos.

Esto ha combinado lo que he hecho desde hace mucho tiempo con los jóvenes pero con poblaciones más pequeñas, por lo que tengo la esperanza de que a un mediano o largo plazo tengamos una valoración distinta de lo que es el proceso de desarrollo del país.

Esto también permitirá tener emprendedores no solo en lo privado, sino también trabajando en el sector público. Esto no es sencillo.

En los años de colegio estuvo metido en el tema de la política estudiantil y  ya este tema del emprendedurismo le iba calando. ¿En qué se diferencia aquella idea con la que tiene hoy?

La evolución que he tenido en esto es que me he metido más en el tema económico. Desde el colegio, incluso en la escuela, el tema de fomento democrático de la parte política se ha promovido mucho, vinculado al proceso electoral y la participación, pero enfocado solo a lo político y no a lo económico, pues incluso se ha visto como algo malo.

Cuando se habla de democracia económica, se piensa solo en que es de los neoliberales  y de los que tienen plata. Sin embargo, este tema para los socialdemócratas es un motor. Es un eje fundamental.

La unidad por excelencia en una democracia económica es la PYME. Esta nace a través de una idea emprendedora, no antes. Por eso, el impacto en el país de la PYME, es enorme: tienen conocimiento, innovación, desarrollo tecnológico y ayudan a repartir la riqueza. Eso es participación política económica.

¿Por qué estudiar ciencias políticas y no otra carrera?

Primero porque cuando llegué a la feria vocacional y llegué al área de medicina, inmediatamente reconocí que no era lo mío. Desde pequeño siempre quise estudiar derecho y mi papá me dijo que en esa carrera al menos podía hacer plata. Cuando fui a esa feria vocacional, yo ni siquiera sabía qué existía las ciencias políticas, a pesar de estar vinculado a los procesos políticos desde muy niño pero me encontré en un aula el puesto de información de la carrera de ciencias políticas. Parte de lo que me gustó en la exposición es que tenía una visión integral de los procesos y sentí que es una de las grandes virtudes  que descubría en esta carrera. No es solo de analizar las relaciones de poder  sino que hay una gran interacción con los diferentes actores.

Por eso me he enfocado mucho en las áreas estratégicas pues son fundamentales para poder dar pasos. Yo creo mucho en el trabajo interdisciplinario y la ciencia política tiene esa virtud: al no saber de todo y no saber de nada te permite trabajar con mucha gente para articular procesos. Ahora como viceministro, lo vivo como ejemplo, pues a como se logra articular, se logra fracasar o alcanzar el éxito. Esto desde la visión del derecho, en lo económico o en el área de la comunicación, no es tan fácil de lograr, pero desde la visión de las ciencias políticas, sí se logra: vincular que todos los actores, desde sus roles, puedan sumar a una estrategia y a un objetivo común.

Por eso me siento muy cómodo desde lo que hago. Mi papá me dijo que de esto no iba a poder vivir, pero por el momento no me ha ido mal.

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