Me arrepentí de haberme bajado...

Los venía escuchando. Nadie me tiene de vino. Pero tengo que admitir que admiro mucho a estas personas.

Aquél incómodo y viejo bus venía con asientos para tres. Yo venía del lado de la ventana cuando un joven se me sentó a la par.

En la parada siguiente una muchacha se subió. Vi que ella irradiaba mucho su presencia. Cuando vio al joven a mi lado, lo saludó muy efusivamente. Él se levantó y ella se sentó en medio. Yo me acomodé para que fuéramos sin problemas.

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