Fue portero del Deportivo Saprissa



Mario “El Flaco” Pérez: un héroe morado

  • Estuvo en la banca durante la primera final entre Alajuelense y Saprissa.
  • Hoy tiene nacionalidad tica y española, pero en aquel entonces no pudo ir a jugar en segundas del Barcelona por no haber estado inscrito.


Pablo Zúñiga



Mario "El Flaco" Pérez vive en Barrio Córdoba, Zapote
Le gusta ver el béisbol pero cuando era niño, no habían canchas para jugarlo. A los siete años se pasaron a vivir de Heredia a Barrio México, en San José y la cancha que estaba frente a su casa fue su área de entrenamiento que al final lo convirtió en el portero del Deportivo Saprissa.

La familia de Mario “el Flaco” Pérez no era una familia pobre ni muy rica. Tenían para vivir con lo que era necesario. Él era el segundo de los tres hijos. Sin embargo, para navidad, lo que pedían entre los tres era una bola de fútbol. “En aquellos tiempos los balones eran de cuero y  las de buena calidad venían de Argentina” mencionó Pérez.

El balón lo aprovechaban durante todo el año. “Mi hermano mayor era muy bueno pateando y a mí me tocaba atajarle los tiros. Mi hermano menor nos acompañaba, pero era como mantequilla” recordó mientras una sonrisa se le dibujaba y los ojos miraban hacia arriba  con gran brillo.

En Barrio México disputó en ligas menores con el equipo Radar y hubo un solo campeonato en el que jugó como portero. No pudo recordar si habían ganado o perdido. Su papá era español y lo afilió a los nueve años a la Liga Gimnástica Española, donde los primeros campeonatos se disputaban en la Plaza González Víquez.

Flaco y alto


Cuando cumplió 15 años, había alcanzado 1,90 metros de altura. Para entonces, los reglamentos tenían tres variables para determinar la participación de un jugador en las diferentes ligas: el peso, la altura y la edad. Ahí empezó el problema: por la altura, ya no podía jugar en ligas menores, por lo que le tocaría jugar en tercera división, pero no tenía la edad suficiente ni el peso necesario.

“A esa edad estaba en el equipo Nicolás Marín y era dirigido por un señor de apellido Artavia. Él no me ponía a jugar por miedo a que me golpearan ya que yo era muy delgado. Siempre estaba en banca” indicaba Pérez con cierto sinsabor.

La suerte cambió cuando un amigo que jugaba en la tercera división del Saprissa le pidió que fuera a jugar con ellos un feriado. “Yo me puse el uniforme de portero debajo de la ropa y me amarré los tacos a la cintura, como se acostumbraba en aquella época. Cuando llegué, resultó que el portero no llegó a jugar por lo que mi amigo me propuso para atajar  y  Felix Piedra, entrenador del equipo y hermano del entrenador de la Selección Nacional, Alfredo Piedra, aceptó. Fue la primera vez que jugué con el Saprissa”, dijo.

Ese mismo día, Piedra le pidió que llenara una fórmula de inscripción para que pudiese jugar en tercera división. Se requería la firma del padre de familia por ser menor de edad, sin embargo, el papá de Pérez trabajaba fuera de la ciudad por lo que tuvo que firmar la mamá. Además, lo invitó para que llegara al partido del domingo siguiente que tenían contra el Vizcaya. Ese día lo puso como titular.

La inscripción fue por dos años y cuando el Flaco Pérez llegó a los 17 años de edad, empezó a jugar en primera división cuando se encontraba cursando el cuarto año en el Liceo de Costa Rica. “De tercera división pasé a la primera entrenando durante el campeonato de 1952, por eso puedo decir que yo no soy de la cantera del Saprissa”, afirmó.

Para los juegos intercolegiales, la organización le prohibió jugar pues en 1953 ya era jugador regular y ya lo conocían como Mario “el Flaco” Pérez, pues así le decía Luis Cartín por lo alto y por las 160 libras que pesaba. Además, tenía un salario de 50 colones al mes, lo que les permitía categorizarlo como profesional.

Trabajar y jugar


A finales de 1953, ya empezaron a pagarle como profesional y recibía 500 colones.  Al año siguiente empezó a trabajar en la Contraloría General de la República y ganaba 450 colones mensuales. “Este salario más lo que me dejaba el fútbol me hacían ganar más que mi jefe”, recordó Pérez. A su mamá le daba el salario de fútbol para ayudar en las necesidades de la casa, principalmente con los estudios del hermano menor.

Pérez inició sus estudios en la Universidad de Costa Rica (UCR) en las antiguas instalaciones que se ubicaban en lo que hoy es la Corte Suprema de Justicia. Ahí empezó a estudiar administración de empresas. Su deseo era estudiar arquitectura pero no pudo lograrlo ya que esa carrera la daban solo en las mañanas y en el trabajo no le daban permiso.

“Como esa carrera no me gustaba, ganaba y perdía materias. Yo iba a brincos y a saltos con los cursos por lo que me metí a sacar un título de contador en la Escuela Castro Carazo pues eso me daba un respaldo para trabajar en la Contraloría. Ahí obtuve el título de Tenedor de Libros”, mencionó.
Luego siguió estudiando para sacar el título de contador, sin embargo, empezó a entrenar más seguido por lo que no concluyó los estudios.

En 1966 retomó los estudios. Esta vez se dedicó a estudiar administración pública con énfasis en auditoría. “Eso me permitió avanzar en la Contraloría y ascender en varios puestos.  Luego entré a unos cursos de tres años que la Contraloría daba con la Universidad de Costa Rica. Eran cursos de profesionalización internas y saqué las mejores notas junto a otros compañeros”, recordó Pérez sobre sus estudios y trayectoria durante 32 años en la Contraloría General de la República.

 “Los entrenamientos eran en La Sabana, por lo que agarraba el tiempo del almuerzo. Lo que hacíamos era correr y luego mejenguear. Tenía la ventaja que en el trabajo me daban 5 minutos más de gracia” comentó .

Barcelona


En aquel tiempo, no existía la ley que le permitía a una persona demostrar que era hijo de un español para que fuese  inscrito como tal en la embajada española, pues ese trámite solo podía realizarlo el padre.

En 1958, Antonio Escarré, quien era catalán, quiso que Pérez fuera a jugar como prueba en el equipo de segunda división del Barcelona. “Flaco” Pérez es hijo de un español, sin embargo, su padre no le inscribió en la embajada de España, por lo que la oportunidad se le esfumó.

En la actualidad, la ley sí le permite al hijo demostrar que si su padre era español puede acoger la nacionalidad española.  Por tal motivo, Pérez decidió hacer la gestión correspondiente  y ahora goza de la doble nacionalidad, al igual que un hijo suyo. Su inscripción está en Galicia.

Portugal 


Sin embargo, las posibilidades no se agotaron. Otto Pedro Bumbel, un brasileño quien fue entrenador de la nacional,  encantado por la forma en que jugaba Pérez, le llamó para que jugara como arquero en el Oporto de Portugal. Iría con todo pago, con buen salario y buenas oportunidades.
Pérez se casó sin tener nada en Costa Rica y alistó todo para viajar con Marielos, su esposa, a  Portugal. Una semana antes del viaje, le llegó un telegrama en el cual indicaba que ya no sería contratado por el Oporto. La razón: una nueva reglamentación en el fútbol portugués ponía un límite de cupos para extranjeros y el cupo ya estaba lleno. “Tuve que irme a vivir con mis suegros”, comentó.

Anécdotas


En 1959, Mario “el Flaco” Pérez fue uno de los 18 jugadores del Saprissa que participó en “La Vuelta al Mundo”, un viaje que realizaron a diversos países durante tres meses, midiéndose con toda clase de equipos.

“La vuelta al mundo fue un atentado. En Austria el frío era incomparable y por eso perdimos 6 a 1 contra ellos. En Venezuela hicimos un juego muy lindo y los periódicos decían que solo el Saprissa y un equipo llamado los Millonarios habían dado un espectáculo de altísima calidad como extranjeros” relató.

En total jugaron 22 partidos, de los cuales ganaron 14, empataron uno y perdieron siete. Anotaron 66 goles y les metieron 46.

Durante el viaje, a Pérez se le murió su padre. Esto le impactó muchísimo. “Si me regresaba llegaba el día siguiente al entierro, no tenía sentido. Me quedé con el equipo y lloré mucho. Mis compañeros se unieron al dolor y me fortalecían con su compañía” recuerda el Flaco Pérez.

La experiencia del viaje le fue de aprendizaje. “Un equipo profesional no hace semejante barbaridades como la hicimos nosotros. Fueron 90 días entre aeropuertos, hoteles y estadios” alegó. Además agregó que “al segundo mes ya nos veíamos de mal modo y empezábamos a pelear entre nosotros, la comida nos caía mal, los cambios de clima nos afectaba muchísimo y el equipo estaba desgastado”.
Para Pérez, en ese viaje recorrió muchos países, pero no los conoció por el ritmo que llevaban. Se retiró del fútbol en 1971.



Un cambio


Pero hay un momento que el “Flaco” Pérez no olvida. Una vez se enfermó gravemente con una infección en los pulmones. Para ese entonces, ya tenía años de haberse retirado del fútbol. “Antes Saprissa velaba por mi salud, yo no tenía preocupación alguna por eso, pero luego el asunto cambió… me tocaba a mí solito atenderme”, indicó.

Le internaron en el Hospital Clínica Bíblica y la situación era compleja. Hubo un día en que una capellana se le acercó y le preguntó si quería que orara por él. “Ella oró por mí, yo no”, contó con seriedad.

“Ella me regaló la primera Biblia que leí. En mis tiempos no podíamos leer la Biblia porque no teníamos quien nos la explicara. Ella me dijo que leyera primero el Antiguo Testamento, luego el Nuevo testamento y que al final, volviera a leer el Antiguo Testamento. Así lo hice y fue la segunda vez que me encontré con Jesús. La primera vez había sido en la primera comunión y en esta ocasión mi vida dio un cambio”, mencionó.

Según Pérez, siempre se encomendaba al Señor cuando jugaba pues siempre supo que había un ser superior. No le pedía por el triunfo. “Yo le pedía poder desarrollarme y también para salir íntegro físicamente, tanto mi adversario como mi persona” dijo.

Recomendación. 


“Siempre me dije que hay alguien igual o mejor que yo. La fama realmente embriaga y nadie mejor que uno mismo sabe lo que ha hecho bien o mal. Por eso, siempre me autoanalicé porque soy consciente de ser mi mejor crítico. Ese es un ejercicio que debe realizar toda persona” enfatizó el “Flaco” Pérez ya con su pelo de blancas líneas.

Su nombre forma parte del Salón de la Fama del Deporte Costarricense desde el 2001. El jurado dijo: .
Mario Pérez es considerado el Mejor Arquero Nacional, por su carácter valiente, decidido y por sus grandes cualidades para dirigir a la defensa en aquellas ocasiones en que había peligro frente a su marco. Además cuenta con un impresionante historial al lado del Deportivo Saprissa y de la Selección Nacional, al tiempo que su vida personal y profesional son un ejemplo para todos los ciudadanos, quienes pueden encontrar en su carrera motivos significativos de inspiración y lucha”.

0 comentarios:

Publicar un comentario