Apostarle al negocio

Frente al desempleo, los costarricenses han optado por tener un negocio propio.
Las pulperías aún subsisten a pesar de la competencia extranjera.



Don Juan Delgado nunca esperó que le pasara. A sus 52 años y después de dedicar 32 de ellos a una empresa, lo despidieron. Buscó trabajo por semanas. Durante la noche, sus tres hijas menores de edad, un hijo en la universidad y una esposa eran su consuelo, pero también su preocupación. Él quería darles lo mejor. Pero sin trabajo, no le era tan sencillo.

“Un día, fui a buscar trabajo con una actitud distinta. Preferí buscar un trabajo donde yo fuera mi propio jefe y donde la comida no le hiciera falta a mi familia. Fui a comprar una caja de cigarros cuando me di cuenta que en una pulpería siempre había comida. Ahí decidí dejar de fumar e hice un canje para forjar mi propia pulpería” comentó Delgado.


Le pidió ayuda a un cuñado para hacer un préstamo bancario y así tener sus primeros insumos. En una de las ventanas de su casa empezó vendiendo jabones, refrescos, arroces, frijoles y azúcar. Luego le agregó más recursos. Y fueron sus propios vecinos los que le apoyaron, no solo comprándole los productos, sino que también diciéndole qué otras cosas tenía que tener en la pulpería. Eso implicó también ampliar el espacio para el negocio.

“Los días pasaron pero las cuentas apenas cerraban. La ganancia era nula, pero la comida no faltaba. La pulpería se volvió no solo mi fuente de ingreso con el tiempo. Ahora también es mi lugar de encuentro con la gente, donde disfruto de compartir más con los vecinos” dijo con voz quebradiza.

Alternándose con su hijo mayor y su esposa, don Arnulfo trabaja de 5:30 a.m. a 8 p.m. porque aún están pagando el préstamo. Su cuñado murió producto de un infarto, pero viven agradecidos porque él les tendió la mano para poder vivir con lo necesario. Dos años han pasado desde que, sentados en una mesa, don Juan le pidió la ayuda.

LO CONTRARIO. Will Sibaja a sus 25 años decidió montar su propio negocio. Un día, al ir al abastecedor de su barrio vio que “el Chino”, dueño del minisúper de la localidad, estaba empacando todas las cosas que tenían disponibles. Él le preguntó si iba a cerrar el negocio a lo que el Chino le respondió que sí.

“Vi la posibilidad de un punto que había sido super durante 50 años y quería invertir en algo diferente que no fuera un restaurante; los negocios son una opción diferente de trabajo que te hacen madurar” mencionó Sibaja

Después de hacer algunas inversiones y hacer un tremendo papeleo, logró iniciar su propio negocio. La gente llegaba y le compraba. Pero no tuvo mucho éxito ya que el Chino puso su local a unas dos cuadras de distancia.

“La competencia fue desleal. El "Chino" me amenazó de muerte, me echó la municipalidad, me malinformaba con la gente. Ciertos provedores no me atendían porque él se los prohibía. Competir con un chino es difícil; la mayoría de gente tenía libreta, el cual es un sistema donde se le apunta lo que compra y usted paga luego,  y yo no daba fiado. Además, él trabajaba por 16 horas diarias y yo no” explicó Sibaja

La aventura de tener este negocio le duró 8 meses. Frente a la pregunta de que si volvería a intentar estar en un negocio como este, Will mencionó que "hay que tener pasta; es algo de pasión y no de negocio;  hoy en día no deja tanto como te decía la gente. Los comercios grandes o semigrandes queman a los empresarios pequeños".

LOS EXTRANJEROS. Luis Chao Mei es un taiwanes que inició su pulpería hace siete años. Él llegó a Costa Rica hace diez años y empezó trabajando con un familiar suyo como cocinero. Después decidió tener su propio negocio.

La aceptación de los vecinos fue rápida. Como buen oriental, abre su negocio a las 5:30 a.m. y lo cierra a las 10:30 p.m. Esto ha hecho que muchas personas lo tengan como referencia porque los negocios aledaños cierran más temprano.

“Yo he tenido ya varios asaltos, ese es mi principal problema, la seguridad. Ahora todo es muy violento” afirmó Luis con su característico acento.

Al preguntársele sobre la competencia fue muy determinante: “a mi no me interesa lo que hagan los otros, yo solo trabajo para mí y lo que hago es para mantener a mi familia”.

DATOS. Sobre las pulperías y abastecedores en manos de extranjeros y de nacionales, Olga María Rodríguez, directora  de Gestión de Información del MEIC, indicó que “el dato exacto de negocios de este tipo se debe investigar en las Municipalidades, pues mediante la patente, se podrían obtener un registro de si las pulperías son atendidas por personas de origen chino, y también la cantidad exacta de pulperías por cantón”.

En el Ministerio de Economía, Industria y Comercio  (MEIC) el emprendedurismo es apoyado a través de  cursos de capacitación para las micro, pequeñas y medianas empresas.

En Costa Rica la actitud de los costarricenses de emprender su propio negocio ha ido en aumento, sin embargo, la falta de capacitación ha hecho que muchos fracasen con el tiempo y por tal razón el MEIC busca brindarles talleres que le permitan surgir en sus negocios.

En la actualidad este ministerio  contabiliza un total de 8.239 de pulperías y abastecedores en el país. No obstante, existen negocios que no se han registrado en dicho ministerio para poder brindarles los recursos que tienen a disposición.

Este servicio de fortalecer las pequeñas y medianas empresas es una de las tareas que tiene el MEIC como ente encargado de fomentar la iniciativa privada, así como la cultura y el desarrollo empresarial. El área que ser encarga de ejecutar estas acciones es la Dirección General de Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa (DIGEPYME) y cuenta con información disponible en internet para que cualquier ciudadano pueda informarse (www.pyme.go.cr).

APOSTARLE AL NEGOCIO.  Las pulperías y los abastecedores han sido un ejemplo en que muchas familias han puesto sus esfuerzos para poder sobrevivir en el día a día.

Para seguir adelante, los dueños de las pulperías han tenido que ir transformando sus negocios frente a la llegada de los supermecados y de los malls. El Estado cuenta con herramientas  que permiten no solo tener un control de lo que se hace, sino también para brindar apoyo a los pequeños y medianos empresarios. Sin embargo, tal como lo mencionó Sibaja, "el principal factor es la actitud de la persona que emprenda su propio negocio"

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