Recuerdo muy bien aquella llamada. Fue extraña por el
impulso que me quiso dar. Fue de esos momentos en los que uno quiere que lo
escojan.
Me preguntaban si conocía a alguien para el puesto de
promotor y en las venas me corría la pregunta que la lengua no decía. Al final
pregunté.. “Padre, ¿y yo?”
Fue en ese entonces en donde se vino el momento para el
cambio de trabajo. En el que estaba, me gustaba mucho compartir con mis
compañeros, pero no me sentía completamente realizado, pues la estructura no me
lo permitía. Siendo sincero conmigo mismo, sentí que esa era mi oportunidad
para cambiar a algo completamente nuevo.
Fue así como llegué a Radio María Costa Rica, una emisora
que tenía ya tres años de funcionar y la cantidad de retos era enorme. El
primero de ellos, y ya como promotor, me tocó empezar a conformar un grupo de
voluntarios para que nos ayudaran a decir que no era Radio María de Guadalupe y
que nunca tuvimos que ver con esa historia y mucho menos con el Padre Minor.
Recuerdo que una vez, un grupo de jóvenes querían agredirme porque
“yo era del grupo de ladrones que jugaban con la fe”. Eso me caló pues mi
trabajo no era ese. Era el de dar a conocer la emisora en las comunidades para
que la Palabra fuera escuchada a través de la frecuencia 610 AM
Desgastante. No
les miento. Realmente era desgastante contar una y otra vez esta historia. A
esto le agregaba que pertenecemos a la Familia de Radio María con sede en
Italia y que el proyecto crece todos los días en todas las partes del mundo. El
esfuerzo valió la pena pues hoy tengo otros ojos de lo que Dios me pedía.
Era desgastante también estar escuchando a la gente decir
que les costaba escuchar la emisora en AM y que no les entraba en los equipos
de sonido. Fatal era llegar y poner la antena en la posición que mejor
encontraba y tener que enfrentarme que en vez de Radio María lo que se oía era
Ruido María.
A esto, también tengo que agregar que había momentos en los
que las visitas a las comunidades eran tediosas porque no tenía los recursos
humanos, capitales ni materiales para poder dar un mejor impacto. Ja! Y cada
vez que llegaba a algún rincón nuevo, siempre me preguntaban si era la misma
del Padre Minor o si era la de la Paz del Dial… y dale!
Un mejor paso.
Entonces Dios dispuso en su infinita sabiduría que el equipo de trabajo de
Radio María Costa Rica creciera, no solo en amistad sino en trabajo. Pronto
cambiamos de roles y me tocó hacerme caso de la parte de redacción, es decir,
de atender y custodiar lo que suena en los 610 AM. Fue extraño porque incluso
tuvimos la baja de un compañero que, supongo, no se sintió cómodo con el cambio.
En algún momento él me preguntó al puro principio algo muy
impactante: ¿Hasta dónde quiere llegar con la radio? La respuesta aun la tengo
en mente: quiero ser parte del salto abismal que Radio María Costa Rica tiene que dar para seguir anunciando el
Evangelio.
Hoy, jueves 23 de enero del 2012, en este momento, pasadas
las 10 a.m., estamos a punto de decir al aire la frecuencia en la que estaremos
anunciando a Jesucristo a muchas más
personas.
La emoción me invade. No puedo negarlo, tengo la piel
erizada y solo puedo repetir aquel texto bíblico que denota el agradecimiento
sincero a Dios
“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”
¡Bendito sea Dios!